Cuando
Zorrilla decide escribir su versión de Don Juan, se está enfrentando a un mito.
Al plasmar su versión de Don Juan, es consciente que debe utilizar estos tres
elementos fijos para la tradición de Don
Juan:
1)
La DOBLE INVITACIÓN
Un joven que entra en contacto
con la muerte, desafía a la muerte y la muerte lo invita y entrando él en el
territorio de la muerte.
2)
El CASTIGO FINAL
Desde un punto de vista
antropológico, debe considerarse que en la segunda invitación de la muerte, el
joven está recibiendo una seria advertencia que decide ignorar.
3)
El CASTIGO TERRENAL y
el CASTIGO DIVINO.
El joven no respeta a los
muertos y tampoco a los vivos. El castigo divino entra en acción cuando hay
evidencia de una falta de respeto hacia el más allá.
¿Se trata también, pues, de
una falta de respeto hacia los vivos? La respuesta es sí.
Don Juan experimenta un enorme
placer cuando engaña a las mujeres y hay que destacar que el hecho de engañar es
propio de los humanos. El castigo de la inmoralidad de Don Juan viene dado por
infligir una ley terrenal y tiene como consecuencia un castigo en el mundo de
los humanos.
Es curioso anotar cómo los
castigos que se imponen al Don Juan romántico de Zorrilla son completamente
distintos a los de Don Juan tirsiano
del Siglo del Oro. De hecho, en el caso de El
Burlador de Sevilla, Tirso canta a la monarquía e inserta en la obra al rey
como garante de la justicia terrenal. En caso de fallo de la justicia de los
hombres, interviene la justicia divina, que tiene la función de reconstruir el
orden social y castigar a los malos. Es el caso de Don Juan. Son los engañados
que piden la intervención divina vista como máximo grado de justicia posible.
En el caso de Don Juan Tenorio, Zorrilla elimina la
figura del rey y construye una versión más democrática del poder divino, en donde
la justicia divina interviene por sí sola. Es importante destacar que la
intervención de Dios no tiene como objetivo reformar la sociedad, sino
encontrar una solución para una persona, Don Juan: el engañador pide la
intervención divina a través de Doña Inés. Si ahora es Don Juan que pide ayuda
al cielo, ¿Quién es el malo? La sociedad, obviamente, convirtiendo de tal
manera Don Juan en el héroe romántico, asocial por antonomasia.
La profesora de literatura española Mary Estrada explica en este breve video las similitudines y diferencias entre el Burlador de Sevilla y Don Juan Tenorio:
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